diumenge, 9 de gener del 2011

De vuelta a Amsterdam: segunda etapa

Ayer regresé de Banyeres, mi pueblo natal, después de pasar allí 11 días, desde el 27 hasta el 8 de Enero. Han sido días intensos, muchas comidas, cenas, quedadas con amigos y con familiares. He disfrutado de estas fiestas, he visto a casi toda la gente que quería ver, y también he comprobado que en el pueblo hay demasiada gente que me quiere no sé yo muy bien porqué, pero me gusta que se acuerden de mi, ahora lo pienso y llego a emocionarme. Pues bien, ayer llegué a Amsterdam a las 15:30, después de un día largo (la noche anterior no dormí casi nada, estuve en una cena de mi despedida), así que llegué hecho polvo, cansadísimo, pero con energía y las pilas cargadas. Cuando bajé del avión vi el tiempo que hacía aquí y para mi sorpresa, ¡hacía sol! y estamos a 11 grados, ya veremos hasta cuando dura este marivolloso tiempo. Imagino que el frío y la lluvia volverán, pero ahora toca disfrutar de este tiempo. Me reencontré con mis compañeros, exáctamente con Noe, Iván, Rafa, Héctor y Viara, la verdad que tenía ganas de verlos, saber que hicieron en Navidad y cómo están de ánimos en este nuevo año 2011 que será toda una sorpresa, tanto en el trabajo, como con los nuevos compañeros que vendrán, y con muchos cambios que se darán seguro.
También me reencontré con Aisha, el gatito, otro problema que tengo que resolver en estos días, a ver que me dice ahora Miguel, el Coordinador y quién nos alquila los pisos, cada día cambia de opinión, ahora dice que el gato sólo puede estar en el piso de mis compañeros, no en el mío, nosé porqué, aún no he hablado con él, pero de todas formas, hoy lo voy a traer para aquí, en el otro piso Noe tiene alergia y no es plan que esté más tiempo allí, ya que ella lo pasa mal.
Ahora para este año 2011 mis propósitos son, estudiar inglés mucho más (empezar en serio), tratar de elaborar un proyecto para aprender a hacerlo, acabar la tesina del Master que empecé el pasado año y que aún lo tengo por terminar, apuntarme a la picina, y tratar de ser feliz, o al menos intentarlo, ya que lejos de las personas que más quieres pienso que nunca podré ser completamente feliz. Pero al menos lo intentaré y me divertiré seguro.

Viaje a Berlín cancelado, cambio de planes en vacaciones

El día 17 de Diciembre el Centro Cultural cerraba y empezaban unas largas vacaciones navideñas. Ese mismo día en la madrugada me iba a ir con David (un mexicano hermano de Mauricio que regresaba a Mexico el 22 de Diciembre) a Berlín 4 noches. Teníamos el hostal reservado y todo perooooo..........ese día nevó mucho, muchísimo en Amsterdam y en media Europa, también en Alemania, donde la situación de las carreteras era complicada, es más no se podía circular. Haber ido hubiera sido una locura y muy peligroso por lo que decidimos suspender el viaje, pese a las ganas enormes que tenía de ir a Berlín. Es un destino que tengo que visitar en este año, eso seguro, ya os contaré cuando vaya. Suspendido el viaje a Berlín y con Amsterdam enterrado en nieve pasamos el fin de semana disfrutando de la nieve y del frío y hicimos otros planes para esa semana que me quedaba aquí de vacaciones y que mi amigo David se iba para Mexico. Quedamos el martes en ir a Bélgica y el miércoles de excursioneo por Holanda.
Esta es la segunda vez que visito Brujas desde que estoy aquí, como ya os conté en el primer capítulo es una ciudad encantadora, preciosa, casi de cuento. Fue un viaje de ida y vuelta, Brujas está a tan sólo 3 horas en coche y salimos prontito de mañana hasta allí. La curiosidad del viaje fue conducir 3 horas hasta allí con todo Holanda y Bélgica nevado, estaba todo blanco de nieve, no sabías si estabas en Amsterdam, Holanda o Bélgica, todos los paisajes eran iguales, todo blanco. Pasamos todo el día recorriendo la ciudad a pie, paseando por sus calles y conociendo lugares que en la primera visita no había estado.
Al día siguiente, tocaba conocer un poco Holanda, decidimos ir a ver el gran dique o polder, como lo llaman aquí. El gran dique une las provincias de North Holland con la de Friesland, que está un poco más al Norte, dirección hacia Groningen, ciudad situada más al Norte de Holanda. Ir a ver el gran dique no impresiona tanto, en realidad es una autovía que pasa por encima del mar, sin más. Lo impresionante de la visita es la gran obra de arquitectura que hicieron los holandeses para ganarle terrreno al mar. El dique o muro, llega hasta el fondo y tiene unas compuertas a la entrada y salida que sirven para regular el agua que quieren que entre. Desde una torre mirador que hay justo en el medio de la autovía se puede ver, a un lado el mar y al otro como una pequeña playa de rocas que se ha formado por la construcción del dique. Lo impresionante fue, ver el mar a un lado y al otro, en la playa que os digo todo congelado. Al ser como aguas estancadas estaban congeladas, parecía que estaba en Siberia en vez de en Holanda, precioso la verdad. Despúes de desayunar en la torre con Viara, Mauricio y David, nos dirigimos hacia la región de Friesland, situada después del gran dique, sin saber donde ibamos en realidad, y llegamos a un pueblecito pesquero llamado Harlinger, muy bonito, con muchos veleros antigüos encallados en su pequeño puerto y que rompian el hielo para poder salir navegando. Frente a esta región de Holanda existen 2 pequeñas islas que se pueden visitar en barco, preguntamos que valía llegar hasta allí, pero era muy caro y no fuimos, quizás más adelante las visito. En Harlinger estuvimos paseando un rato a mediodía, pero el pueblo es muy pequeño y acabamos pronto la visita. Me gustó este sitio. Para finalizar el día, por la tarde, de regreso a Amsterdam paramos en Volendam, uno de los pueblos más bonitos de toda Holanda y que está a unos 20 km de Amsterdam, muy cerquita. Precioso pueblo, con muchas casas residenciales de familias perfectamente cuidadas y con jardines decorados con incleíbles detalles, como representaciones en miniatura de Molinos, paisajes, etc. Si a esto le unes que también estaba todo nevado y su playa completamente congelada, es más bonito aún. El espíritu navideño recorría el pequeño pueblo, sobretodo en la decoración de las casas que es lo que yo me fijé, a mi es difícil sacarme el espíritu navideño de paz y solidaridad en estas fechas, soy de la opinión que todos los buenos deseos, la paz y la solidaridad debería de permanecer durante todo el año, no sólo durante la navidad. Y aquí acabó la visita y el día de excursión, espero contaros muchas más.
Los últimos días que me quedaba, en Nochebuena, vino a visitarnos la hermana de Viara, Tsetsy, una tía loca, de puta madre, nos reimos un montón y le cogí mucho cariño. Estuvimos unos días Viara, Tsetsy, Mauri y yo haciendo muchas cosas y echando muchas risas, además de pasar juntos la Nochebuena, que por cierto fue muy rara y diferente, una fiesta latina, con baile, bebidas y demás. Muy divertida la verdad, lo pasamos genial y nos emborrachamos demasiado. La fiesta fue en la casa de Mauri, junto con gente latinoamericana, nosotros y algunos holandeses. Diferente total a otros años. Aquí, en Amsterdam, es común celebrar también el segundo día de Navidad y volver a cenar con familia. Yo fui a cenar con Mauri, Tsetsy y Viara a casa de María, una señora mayor jubilada que acude a las clases de zumba de Mauri y él llama su abuela. María es una señora muy entrañable, interesante, puedes hablar con ella de cualquier cosa. Es mayor, no sabría deciros cuanta edad, pero mayor es, de hecho tiene parkinson, imagino que no muy avanzado, pero seguro en sus inicios. A mi me gusta pasar tiempo con ella y a ella se la ve feliz de estar con nosotros. Ella vive en una casa bote, cerca de un molino de agua en Westerpark, la zona oeste de Amsterdam, muy bonita zona, tranquila, llena de parques y que merece la pena visitar si vienes aquí. Yo era la primera vez que estaba por esa zona y me gustó mucho. La cena estuvo deliciosa, oimos música, charlamos y reímos, una noche tranquila, emotiva para mí, por estar con una señora que apenas conozco cenando en Navidad, y por ver lo feliz que es ella a pesar de su soledad y lo feliz que me hizo a mi por unas horas de ver su ilusión por hacer cosas diferentes a pesar de su edad, por suatención por nosotros y por su sabiduría para conocer y hablar de cualquier tema. Seguro que tiene mil y una anécdotas que contar, seguiré viéndola durante este año.

Ahora toca Banyeres, familia y amigos, nos vemos a la vuelta.