dimecres, 9 de març del 2011

Den Haag training y 1ª Party Nivel 2 en Carnaval de Maastricht

Antes de contaros todo lo que describe el título de este capítulo, apuntar que el lunes 28 cambié de casa, otra mudanza, una más, ya van unas 11 o 12, al final voy a tener que montar una empresa de mudanzas aquí en Amsterdam, pero necesitaré una furgo, cosa que descarto por ahora. Esta vez cambié cerca, de mi casa, a otra casa de al lado, es idéntica a la que vivía pero con otros compañeros, otra decoración y otra habitación (pero la habitación será sólo por un tiempo, ya que cuando Jordi encuentre trabajo y casa cambiaré otra vez, ese es el acuerdo). Ahora vivo con Viara e Iván, me despido de Ana y Héctor, grandísimos compañeros de piso, he estado poco tiempo con ellos pero guardaré un gran recuerdo de los dos, eran como mis hijos adoptivos, aunque a mis hijos no les compraría nunca una camiseta del Halcón Milenario ni tampoco les daría ''pavos" para que los usaran como dinero, chicos, comida, en fin, para muchas cosas, como los madriles lo hacen. En un día hicimos Jordi y yo con la ayuda de Ana e Iván la mudanza y el nuevo acomodo en la nueva casa.

Luego llegó el miércoles, viaje a Den Haag (La Haya) para el middle training con los voluntarios EVS con los que estuve la primera vez en Arhnem, no con todos, pero con la mayoría. Este training lo puedo resumir en dos palabras y en mayúscula, "UNA MIERDA": contenidos aburridos (al menos para mí), nos pidieron que plantearamos dudas o problemas de nuestro voluntariado que ni la Agencia Nacional Holandesa ni nadie pueden resolver, comida a deshoras (con horario holandés) y poco más. Lo mejor, el city safary por la ciudad y la actividad y la cena de ese día, y ver a la gente con la que había estado en el primer training en Arhnem, aunque en este training faltó un poco de xispa en plan de diversión. Una anécdota curiosa ocurrió el primer día que llegamos al Hostal. Casi nos echan del mismo por desmontar el detector de humos de la habitación. ¡IN-CRE-I-BLE! El jefe de seguridad y un acompañante no tardaron ni siquiera dos minutos en llegar a la habitación y aporrear la puerta donde yo dormía con cuatro franceses más y Arthurs, el chico ciego del que en los primeros capítulos os hablé. Abrimos y comenzaron a gritar, a decir que poníamos en peligro la seguridad de 200 personas, que no podíamos fumar y que ahora, teníamos que pagar 250 € en concepto de multa. Decían que dijeramos quién había quitado la alarma y que esa persona tenía que abandonar el hostal ese día. Se hizo un silencio largo y tormentoso, los franceses no estaban por la labor de decir nada y Arthurs no entendía lo que habíamos hecho ya que fue muy rápido, así que hablé yo. Les pedí disculpas, les dije que la alarma no estaba rota, simplemente desmontada, que no estábamos fumando, que no conocíamos las normas, etc etc etc. Mil excusas para no pagar y mucho menos para que echaran a alguien (un francés fue el que quitó la alarma, pero a mi me daba igual, si se iba él, iba yo con él detrás). Lo que me pareció increíble y extraño es que yo, con mi pesimo nivel de inglés tuviera que discutir con el jefe de seguridad y el otro chico y poner mil excusas, en fin.... pensaba que los franceses eran más atrevidos. Al final funcionó, nos perdonaron la vida, no hubo multa ni expulsión, tuvimos suerte.

De Den Haag, decir que no me gustó, ciudad de negocios, de políticos, grandes edificios, gente con pasta y poco encanto, tan sólo el de saber que se mueve mucho dinero y está allí la Casa Real Holandesa, aunque ni si quiera la vi.

El viernes regresamos a Amsterdam y el sábado viajaba a Maastricht para asistir a la víspera del carnaval. El carnaval de Maastricht es de los más conocidos de Holanda. Maastricht es una ciudad situada lo más al sur de Holanda, entre Alemania y Bélgica, dicen que la ciudad menos holandesa de Holanda y también una de las más antigüa, a unos 210 km de Amsterdam. A todos nos sonará Maastricht del tratado, a mi también. Fui en coche, con Jordi, Guillermo (el gallego) y Alba (de Valencia). También vino Paula (Oliva) y Roser (prima de Paula, de Oliva también), pero lo hicieron en tren.
Como en Amsterdam comprar un disfraz es muy caro, compramos unos complementos y nos disfrazamos con ellos y con ropa de Sole que había en mi nueva casa. Queríamos ir de hippys, pero al final, parecíamos jitanos, y hicimos el jitano todo el sábado, jeje. Como ciudad, Maastricht es preciosa, una ciudad donde tengo que volver para hacer turismo con más calma, pasa un enorme río cerca del centro, el río Mosa, que divide la ciudad en dos partes alrededor de él, y hay una catedral enorme justo dentro de un impresionante casco antigüo que es digna de visitar. Además, la ciudad es bonita en sí, no vi nada, ya que iba de carnaval, pero parece bonita.
En lo que se refiere al carnaval, muy bien, desde las 12 del mediodía bebiendo y de bares por la ciudad haciendo el jitano, pidiendo una cerveza y llenando luego el vaso de calimotxo y más cerveza que teníamos en las mochilas. Así todo el día, conociendo a gente, de bar en bar y bebiendo y comiendo durante todo el día.

Lo peor, el frío, estábamos a unos -1º o -2º C., mucha rasca, afiancé el resfriado que ya traía. Lo mejor, el "enjoy", fue una fiesta de Nivel 2, de esas que sales por la mañana y no sabes a que hora te irás a dormir, no una fiesta de sólo unas horas y luego ir a la cama, sino una fiesta de salir y no saber si vas a dormir o no, ni cuando vas a volver. Durante el transcurso del día y la noche pasaron muchas cosas graciosas, desde ver el autobús de Otto el de los Simpsons, asistir a un concierto de folklore holandés (una mierda, por cierto), hasta conseguir una bufanda con los colores del carnaval (rojo-verde-amarillo), conocer a un asturiano que nos invitó a cerveza, tocar una caja (la tocó Jordi), caminar mucho, robar una bici (bueno no fué un robo, no tenía candao, sino la hubiéramos cogid alguien lo habría hecho, la traímos a Amsterdam, ahora es la bici de Jordi, seguramente vale más de 500 €), perder a las chicas que se fueron a un hostal a dormir, conocer a un señor to pasao que se abrazaba a un altavoz en un bar de techno, invitarnos a dormir a una casa con más gente, engañarnos de camino de vuelta y ir hacia Bélgica en sentido contrario, dormir en un polígono industrial echos unos 4, por la postura, etc etc etc. GRAN FIESTA NIVEL 2.